domingo, 24 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS 'La esencia de la Idea dentro de las Artes'

Publicado el sábado 23 de octubre de 2010.





-El retorno del realismo reaccionario-
A Gustavo Giulietti




Debido al gran número de visitantes, la Muestra: “Caravaggio y los Caravaggistas”, ha sido prorrogada hasta el 9 de enero de 2011.

Las obras colocadas en la galería Palatina del Palacio Pitti de Florencia, a 400 años de la muerte de Miguel Angel Merise (dicho) EL CARAVAGGIO, continúan generándonos interrogantes sobre la representación visual de “lo real”.

Talvez la razón de tal atención de estudiosos y entendedores surge de evaluaciones sobre el momento histórico y político por el cual está pasando toda Europa... a continuación algunas reflexiones sobre ese delicado tema.


Florencia, Italia, 19 de octubre.— Me encuentro en la gran sala donde están colocadas en las paredes las maravillosas telas de ‘EL SACRIFICIO DE ISA’, ‘LA MEDUSA’ y ‘EL AMORCITO DURMIENTE’ de ‘Caravaggio’. La luz externa, que se filtra a través de las grandes ventanas, ayuda —en esta húmeda mañanita florentina— al impacto, con el desnudo realismo anticipador de la fotografía... las figuras parecen vivir el presente, de lejanos tiempos... aquí, en este momento, junto al público ellos fluctúan con sus dramáticas representaciones... porque la fácil compresión de cada obra está al alcance de todos... es así que viajo en mi mente a mis primeros pasos de estudiante en la Academia de Bellas Artes de San Marco de Florencia, en ese verano de junio del 1984.
... para entrar a la Academia era obligatorio superar el “Examen Preparatorio”, que consistía en copiar algunas figuras humanas, en carboncillo... nos conducían por la Tribuna del Museo de la Academia y allí teníamos que escoger la estatua que queríamos copiar —entre las que se encontraba “El David” de Miguel Ángel— la empresa resultaba muy dificultosa para mí... que provenía de una educación empírica, hecha en Santiago de Veraguas, con escasos conocimientos de la anatomía humana, aunque sí algunos notaban en mí (solo en Panamá) gran capacidad en el dibujo... pero, para uno, proveniente del interior, como lo ero yo, el reto resultaba titánico... y fue así que escogí dibujar “El David” de Miguel Ángel sin saber quién la había realizado... Yo observaba —a escondidas— los trabajos de mis compañeros de examen y sentía que todos eran superiores a mi trabajo... los más capaces eran los japoneses, que lograban virtuosismos increíbles al copiar las estatuas, la perfección en imitar “lo visto” era casi fotográfica... por ello llegué a pensar que yo jamás obtendría un puesto de alumno en la Academia de Bellas Artes de Florencia.

El examen de Admisión estaba dividido en dos partes... la segunda parte se realizaba dibujando el recuerdo de la estatua que anteriormente había sido escogida, en ausencia del modelo a copiar... Un profesor encargado del examen se acercó a mí —seguramente había notado mi escondida preocupación— y me dijo:

“No se tiene que preocupar, estamos calificando la esencia de su búsqueda”.



Frase que marcó profundamente mi educación para entender las Artes Visuales. El profesor era Gustavo Giulietti (q.e.p.d.).

La forma de representar las cosas, la manera de imitar la realidad, ha sido una de las problemáticas que más ha empeñado —curiosamente— a los artistas, presentándonos puntos de desacuerdo, despertando el profundo del intelecto de los mejores creadores... Esta controversia viene desde tiempos inmemoriales, pues, han contrapuesto la aptitud, la capacidad innata para considerarse un buen ejecutor de obras... y la necesaria “maestría intelectual” para no quedar atrapado en la jaula de dicho don. La Obra Maestra para ser realizada necesita de conjugar ambas evaluaciones.

Generalmente han acompañado a los periodos más oscuro y mediocres de la historia de la Humanidad, un regreso a la representación realística de las artes, esta representación comúnmente es la más retrograda y reaccionaria... porque no comprende ningún tipo de planteamiento cultural, las cosas son como son representadas, por el deleite de sus compradores y el extenuante decorativismo acomodador de las obras.

Además, cabe recordar que a la decadencia de las iluminadas aristocracias europeas, siempre la ha acompañado una decadencia social y cultural, representando el regreso de un REALISMO dulce y complacedor... Escribir sobre las estupendas pinturas “realistas” de ‘Caravaggio’ resultaría fácil y demagógico, pero me resulta obligatorio interrogarme, en estos momentos, sobre la invasora presencia de pintores y pinturas realistas, como si ellos nos anticiparan a la mediocridad de la existencia de una burguesía inculta e impreparada, del anidarse en la sociedad de seudo—intelectuales paladines del recreativismo complaciente y servicial, enemigos de la herencia de los mejores creadores visuales, la esencia de las ideas dentro de las bellas artes... (Dios me libre).

Para recuerdo de crónica... quisiera decirles que muchos candidatos que hicieron el examen preparatorio no lograron pasarlo, sobre todo los japoneses... yo logré graduarme en la Academia con altos méritos en Anatomía Artística, siendo alumno del ex director y pintor Gustavo Giulietti (q.e.p.d.).

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