domingo, 24 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS 'La esencia de la Idea dentro de las Artes'

Publicado el sábado 23 de octubre de 2010.





-El retorno del realismo reaccionario-
A Gustavo Giulietti




Debido al gran número de visitantes, la Muestra: “Caravaggio y los Caravaggistas”, ha sido prorrogada hasta el 9 de enero de 2011.

Las obras colocadas en la galería Palatina del Palacio Pitti de Florencia, a 400 años de la muerte de Miguel Angel Merise (dicho) EL CARAVAGGIO, continúan generándonos interrogantes sobre la representación visual de “lo real”.

Talvez la razón de tal atención de estudiosos y entendedores surge de evaluaciones sobre el momento histórico y político por el cual está pasando toda Europa... a continuación algunas reflexiones sobre ese delicado tema.


Florencia, Italia, 19 de octubre.— Me encuentro en la gran sala donde están colocadas en las paredes las maravillosas telas de ‘EL SACRIFICIO DE ISA’, ‘LA MEDUSA’ y ‘EL AMORCITO DURMIENTE’ de ‘Caravaggio’. La luz externa, que se filtra a través de las grandes ventanas, ayuda —en esta húmeda mañanita florentina— al impacto, con el desnudo realismo anticipador de la fotografía... las figuras parecen vivir el presente, de lejanos tiempos... aquí, en este momento, junto al público ellos fluctúan con sus dramáticas representaciones... porque la fácil compresión de cada obra está al alcance de todos... es así que viajo en mi mente a mis primeros pasos de estudiante en la Academia de Bellas Artes de San Marco de Florencia, en ese verano de junio del 1984.
... para entrar a la Academia era obligatorio superar el “Examen Preparatorio”, que consistía en copiar algunas figuras humanas, en carboncillo... nos conducían por la Tribuna del Museo de la Academia y allí teníamos que escoger la estatua que queríamos copiar —entre las que se encontraba “El David” de Miguel Ángel— la empresa resultaba muy dificultosa para mí... que provenía de una educación empírica, hecha en Santiago de Veraguas, con escasos conocimientos de la anatomía humana, aunque sí algunos notaban en mí (solo en Panamá) gran capacidad en el dibujo... pero, para uno, proveniente del interior, como lo ero yo, el reto resultaba titánico... y fue así que escogí dibujar “El David” de Miguel Ángel sin saber quién la había realizado... Yo observaba —a escondidas— los trabajos de mis compañeros de examen y sentía que todos eran superiores a mi trabajo... los más capaces eran los japoneses, que lograban virtuosismos increíbles al copiar las estatuas, la perfección en imitar “lo visto” era casi fotográfica... por ello llegué a pensar que yo jamás obtendría un puesto de alumno en la Academia de Bellas Artes de Florencia.

El examen de Admisión estaba dividido en dos partes... la segunda parte se realizaba dibujando el recuerdo de la estatua que anteriormente había sido escogida, en ausencia del modelo a copiar... Un profesor encargado del examen se acercó a mí —seguramente había notado mi escondida preocupación— y me dijo:

“No se tiene que preocupar, estamos calificando la esencia de su búsqueda”.



Frase que marcó profundamente mi educación para entender las Artes Visuales. El profesor era Gustavo Giulietti (q.e.p.d.).

La forma de representar las cosas, la manera de imitar la realidad, ha sido una de las problemáticas que más ha empeñado —curiosamente— a los artistas, presentándonos puntos de desacuerdo, despertando el profundo del intelecto de los mejores creadores... Esta controversia viene desde tiempos inmemoriales, pues, han contrapuesto la aptitud, la capacidad innata para considerarse un buen ejecutor de obras... y la necesaria “maestría intelectual” para no quedar atrapado en la jaula de dicho don. La Obra Maestra para ser realizada necesita de conjugar ambas evaluaciones.

Generalmente han acompañado a los periodos más oscuro y mediocres de la historia de la Humanidad, un regreso a la representación realística de las artes, esta representación comúnmente es la más retrograda y reaccionaria... porque no comprende ningún tipo de planteamiento cultural, las cosas son como son representadas, por el deleite de sus compradores y el extenuante decorativismo acomodador de las obras.

Además, cabe recordar que a la decadencia de las iluminadas aristocracias europeas, siempre la ha acompañado una decadencia social y cultural, representando el regreso de un REALISMO dulce y complacedor... Escribir sobre las estupendas pinturas “realistas” de ‘Caravaggio’ resultaría fácil y demagógico, pero me resulta obligatorio interrogarme, en estos momentos, sobre la invasora presencia de pintores y pinturas realistas, como si ellos nos anticiparan a la mediocridad de la existencia de una burguesía inculta e impreparada, del anidarse en la sociedad de seudo—intelectuales paladines del recreativismo complaciente y servicial, enemigos de la herencia de los mejores creadores visuales, la esencia de las ideas dentro de las bellas artes... (Dios me libre).

Para recuerdo de crónica... quisiera decirles que muchos candidatos que hicieron el examen preparatorio no lograron pasarlo, sobre todo los japoneses... yo logré graduarme en la Academia con altos méritos en Anatomía Artística, siendo alumno del ex director y pintor Gustavo Giulietti (q.e.p.d.).

domingo, 17 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS Rosa pasión

Publicado el sábado 16 de octubre de 2010.


-A mi madre, que me enseñó a rezar-
Todas las mañanitas, camino a la escuela, pasaba y recogía una rosa de ese rosal silvestre, que con gran cuidado conservaba la familia Busto, era la calle tercera, frente al parquecito. La fragancia que de esas florecitas emanaba era tan agradable, que mis compañeras de clases se prodigaban en alabanzas y piropos que me agradaban el corazón, como no faltaban los penosos comentarios que mis compañeros —”machitos”— en forma burlescas me gritaban, remarcando la supuesta ambigüedad sexual que mi gesto producía... llevar orgullosamente en el ojal de mi camisa una rosa de la que emanaba perfume de pasión.

Florencia, Italia, 9 de octubre de 2010.— Realmente no era un verdadero rosal el que se encontraba frente a mi casa, era una planta de rosas silvestres, que nacía de un solo tronco y se extendía, poco a la vez, en ramas que, a manera quebradiza y sinuosa, dibujaban la forma de una figura humana crucificada, en el intento de mimar en el espacio una danza de sufrimientos.
Además, se decía que la fragancia que despedía era debido a la combinación producida por el rocío matutino que filtraban las tejas de barro, los ladrillos de los zócalos de los portales y del añejo de maderas de cedros, con las cuales habían construido las casas de calle tercera... porque de esas partes y todas las calles que circundaban el parquecito los antiguos olores, como los perfumes intensos, nunca habían abandonado las viejas casas que fundaron nuestro Santiago de Veraguas.
Pero, entre los encuentros que tuve con los vecinos de mi calle, me vino la curiosidad de saber más sobre este rosal, el cual me comunicaron que había sido traído de otro jardín cercano, y que el pequeño huerto había sido adquirido (comprado) en un segundo momento por los actuales propietarios... y fue allí donde oí la primera versión de la Rosa Pasión de Santiago, que aquí les narraré...
Matilde, desde niña, había demostrado inclinación por el canto, su madre lo había notado, pues, cada vez que cantaban en la iglesia, la niña, extasiada, cantaba inmersa en una actitud divina, y la cosa no pasaba desapercibida por los demás... pero la niña desde su nacimiento había sufrido una serie de problemas de salud, que habían comprometido su crecimiento, procurándole discapacidades motoras, por lo que necesitaba de continua cura. Sin embargo, Matilde, pese a todo esto, era un pequeño ángel, que lograba encantar a los peregrinos con su bellísima voz.
La niña, debido a las graves dificultades económicas y de gestión de su padre, es poco a poco abandonada en sus necesidades primordiales de su salud y de su crecimiento físico, bajo la indiferencia social de todos sus vecinos y conocidos... la familia de Matilde había tenido una inesperada pérdida, su madre, encargada de las necesidades de la pequeña criatura, quien, por fatalidad del destino, murió inesperadamente de un ictus cerebral, dejando solo al padre inexperto para enfrentar las necesidades que la grave situación familiar presentaba... la enfermedad de Matilde, como cruel demonio, avanzaba rápidamente, devorando y deformando su frágil cuerpecito.
Fue un domingo que, en plena madrugada, la niña se agravó en forma tal que los médicos, que vinieron a controlarla, dieron un preocupante diagnóstico de la gravedad de la situación... y recomendaron que el frágil cuerpo de la criatura, por los menos, reposara en su casa... y así la niña, en su delirio, comenzó a cantar, pidiéndole a su padre que la acompañara ese domingo a la misa de los niños, la misa de las nueve de la mañana... y el padre eso prometió.
Dicen que el padre se durmió en su mecedora al canto de la niña, y no se dio cuenta de que esta bajó de su cama y arrastrándose por el suelo, como un animalito herido, con las pocas energías que tenía dentro de sí, impulsó su cuerpo hasta llegar al jardín de su casa... y allí, con el vestido sucio de lodo, semirroto, comenzó a cantar... pero le faltaba la voz, lo que le salía era un gemido delirante, un lamento doloroso que provenía de muy adentro del maltratado cuerpecito... la niña sabía que el tiempo se le había acabado y que no cantaría en la misa de las nueve.
Y fue allí, al nacer el alba, que la luz del cielo brilló con intensidad... la niña trató de alzar la mano para cubrir el brillo de tanta luz, y sintió la presencia de una señora, que lentamente se acercaba a ella; la señora, como madre experta, la tomó en sus brazos y comenzó a limpiar con su celeste manto la cara de la niña, comenzando a susurrar con dulce voz algunas palabras, que, moduladas en justos tonos, tranquilizaban a la criatura... y la niña, acurrucada en los brazos de la Señora, se elevó en el aire y desapareció entre las nubes.
Ese domingo, en la misa de los niños —misa de nueve— en la Iglesia de Santiago, se oyó la misa cantada más bella que ser humano haya escuchado. Se dice que fueron los ángeles a cantar junto al espíritu de Matilde, que para tal ocasión estaba acompañada de su madre. El padre, al despertarse y buscar a Matilde, siguiendo en el suelo el rastro dejado por el cuerpecito de la niña, llegó al jardín donde había nacido un rosal silvestre, con la forma de Rosa de la Pasión de Cristo... y por doquier se respiraba una fragancia de tranquila fe.

sábado, 9 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS La cajita mágica

Publicado el sábado 9 de octubre de 2010.

Para algunos, es un objeto que se luce por vanidad, para exhibir como un símbolo de estatus social; para otros, un objeto de utilidad cotidiana... también existe una minoría que hace menos de él.

Florencia, Italia, 5 de octubre del 2010.— Como todos ustedes comprenderán, en Florencia, siendo una ciudad frecuentada por muchos turistas, en cada plaza y callecita, hay lugares para el refrigerio y el reposo de sus visitantes... me encuentro sentado en una característica refresquería de Piazza Santa Croce, la cual frecuento con asidua regularidad, en espera de mi cafecito tinto... es allí, entre el ir y venir de la multitud, que noto, en el barandal de madera que nos separa de la augusta calle, un letrero publicitario con el anuncio de una conocida marca de reloj, que propone su nuevo modelo... estéticamente agradable como publicidad, a su vez la línea del diseño del reloj propuesto sobria y clásica, de claro estilo italiano... mi mirada, en su descuidado buscar, me lleva a posar los ojos en la parte superior del techo de lo que queda de un viejo monasterio de edad medieval, donde se encuentra una antigua “Meridiana”.

La Meridiana o reloj de sol, es un instrumento usado desde tiempos muy remotos, para medir el pasar de las horas, un mecanismo simple, que usando una varillita, al reflejo de su sombra, permite marcar una posición que indicará cada día un preciso momento del paso de la luz solar. —Pero... hablando de relojes antiguos, tengo que hacer alusión también a la Clepsidra o reloj de agua, que data de la antigüedad egipcia, y que era usada generalmente en la noche, cuando los relojes de sol no eran útiles, por razones obvias.— Soy interrumpido en el divagar de mis pensamientos por la llegada de mi cafecito, pero ya siento que en mi mente se han conjugados esas premisas que activan el gran juego de las memorias, que a través de los objetos nos abren el camino de chispeantes reflexiones.
El reloj de pulsera, esa cajita de metal que contiene pequeñísimas piezas mecánicas y modernísimos chip electrónicos, amarrados con correitas para el pulso de piel o de plástico —de una increíble infinidad de colores— ha pasado a ser un objeto que hace parte de nuestra vestidura cotidiana, pero esconde una de las hazañas más grandes que el pensamiento humano haya realizado: El salto en la oscuridad para controlar el Tiempo.


Florencia —una ciudad del renacimiento—, siendo, primero que todo, la Ciudad del Crecimiento Humanístico, donde el poder de la sabiduría, de la búsqueda de la dimensión del hombre, a través de su desarrollo intelectual, retaba al oscurantismo en algunas concepciones religiosas limitadas, llenaba la ciudad con MERIDIANAS SOLARES, que generalmente eran colocadas en la parte superior como mensaje de que el intelecto del hombre toma la parte superior de las cosas divinas... y aquellas terrenas sus dimensiones de moralidad individual... da una señal del reto repetido y cumplido por el hombre a través de su historia. Y una nueva visión de comprender la parte ancestral de lo divino.


El control del TIEMPO, desde la aurora del hombre, fue un salto en la oscuridad, porque los fenómenos y caprichos de la naturaleza eran interpretados como señales de lo divino, del castigo de Dios o de dioses ansiosos de sacrificios, de macabros rituales de agradecimiento... El reto del hombre en comprender y descifrar lo misterioso era enfrentar un territorio desconocido, el entrar en la parte oscura del miedo y desvelar la verdad de las cosas, los profanadores del ignoto se ingeniaban por tratar de dominar el pasaje del periodo que cumple la luz, a la llegada de la noche oscura... y así fue que, caminando en esta dirección, no solo llegan a controlar y a organizar el tiempo, ellos desarrollan sus estudios del inmenso manto celestial, de sus astros y de los espacios infinitos.

Un reto repetido en el tiempo, que ha dado lugar y dimensión de las cosas que tocan al hombre en este Universo... y llevando a colocar las necesidades ancestrales de lo divino, al lugar que le compete... el comprender el mecanismo del tiempo no es contrario al credo religioso, porque las esferas oscuras ayudan al credo de las supersticiones y no al acto de una verdadera fe.

Alzo la mirada, respirando el aire que circula en esta bellísima plaza renacentista, llamo a la camarera para pedir mi cuenta... y, al llegar a mi mesa, le pregunto cortésmente:
—“¿Qué hora es?”—... ella, con una pícara sonrisa, comprendiendo que pertenezco a aquellas personas que no usan reloj de pulso, me dice, con voz gentil y dulce:
—“Es la hora de que se compre un reloj, don Aristides”—.

sábado, 2 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS “Mujée Muleto”: Tía Iye y sus siete vidas...

Publicado el 2 de octubre de 2010.




Mi tía Iye, bailaba el tambor como una lagartija, moviendo la cintura como borriguero, por eso la llamaban “Mujée Borriguera”, pero los más guapos y bonitos -aquellos que entraban en intimidad con ella- decían que tenía el cuerpo bello como un venado; que en el lecho corcobeaba y gemía como un muleto.
Florencia, Italia, 20 de setiembre de 2010.- Y fue en plena avenida Central, en la Placita, en el Mercado, como en cada lugar de Santiago, que los habitantes, abandonando sus quehaceres, fueron sorprendidos por el escándalo que poco a poco se regaba por toda la ciudad.
El fuerte sonido aumentaba su intensidad, como si se acercara un temblor, las personas perturbadas por el repentino alboroto, interrogándose entre ellas, trataban de darse una explicación de lo que estaba pasando y de pronto alguien, gritando a voz en cuello, señala con el dedo -allá, en el horizonte, sobre los techos de las casas- la sombra negra que a manera de nube oscura se acercaba rápidamente en el intento de cubrir el cielo... y fueron embestidos por un fuerte viento, por la oscuridad y el ensordecedor traqueteo que hacía trepitar fuertemente los corazones... eran el trinar y el aletear de millones de totorrones, ribilines, que, junto a negros tilingos, pasaban como endemoniados por toda la ciudad, chillando, en su coral bullí'o, un extraño y bestial canto de alegría.


Tal cantidad de bichos raros había cubierto la luz del mediodía... y así mismo fue que en medio de tanta confusión las campanas de la iglesia comenzaron a tocar, movidas por la furia del viento... lentamente la nube de bichos raros abandona la ciudad... y solo las campanas siguen vibrando... en un continuo 'ding, dong', anunciando que el peligro ha pasado.

Iniciaron entonces, entre la gente sorprendida, las respuestas y explicaciones a tan extraño fenómeno, nunca visto en estas partes... que en verdad se supo proveniente de la morgue del hospital, pasando, por la iglesia y acabando en la casa de mi tía Iye, en las últimas casas alineadas en las afueras de Santiago, camino a Montijo.


Tía Iye era morena como el cacao, la más bella de todas mis tías, quienes provenían de los caseríos cercanos a Puerto Mutis... de aquellas zonas en donde todavía se custodian los secretos del rojo del achiote y los misterios del Panamá profundo... Pero de lo que en verdad pasó... aquí les narraré.
En las afueras de la ciudad de Santiago, camino a Montijo, existía una tienda, bien nutrida, propiedad de un emigrante español... este había comprado una pequeña y modesta finca, a 20 minutos a caballo de la ciudad... es así que cada día tenía que viajar para abrir su negocio y en las primeras horas de la noche regresaba a su finca... fue en uno de estos regresos, en una noche oscura, de viento y aguacero, que en el camino se topó con un misterioso acontecimiento... repentinamente el caballo se puso nervioso, no quería caminar... al mismo tiempo, desde los matorroles, algo comenzaba a venir hacia él, era como una presencia ruidosa, de ramas cortadas y una hojarasca violentamente arrancada del suelo... e iba de salto en salto, vio un rostro de mujer con cuerpo de bicho raro, que pasándole por la cabeza, le tumba el sombrero y le espanta el caballo, que sale corriendo como bestia enloquecida, hasta llegar a su finca... el bicho raro lo corretea hasta llegar cerca de su casa, chillándole como venado, silbándole como pájaro y gemiéndole como mujer en calor... por todo el camino.


La aparición se repetía cada vez que la noche era oscura, de vientos y vendavales... fue así que el español se fue a donde su paisano, el cura de Santiago, y allí hablaron... al día siguiente dicen que vieron al propietario de la tienda limpiando la escopeta y lo que no pasó desapercibido fue que cogía cada bala y la señalaba, rayándola con la señal de la cruz, esta operación de rayado la hacía con los dientes... bañando las mismas con agua bendita, que le había dado el paisano sacerdote.
Y... vino la noche y el español esperó las horas más tardías, que eran de chaparrones... se encamina hacía su finca montado en su caballo, embraza la escopeta lista para disparar... y como de costumbre, en el mismo lugar, se le presenta el bicho raro, que comienza a bramar desde el matorral, el español apunta su escopeta y aprieta su escapulario... apenas sintió la bestia sobre su cabeza le descargó todas las balas que pudo... se oyó el peso de un cuerpo que caía entre los matorrales... el español bajó a buscar la bestia para darle el golpe final... pero... no encontró nada... regresó al día siguiente y encontró un charco de sangre..., pero ningún cuerpo... Allí el español bañó el suelo con agua bendita y puso una imagen de la Virgen del Carmen.


Ese día, en casa de tía Iye, había un gran ir y venir de familiares, solo le era permitido entrar a los más ancianos, todos se agachaban al orden severo de mi Mama Teófila (mi abuela)... también llegaron dos negros matreros cimarrones de los caseríos cercanos de Puerto Mutis, no se sabía qué había pasado, porque todo lo que sucedía era hecho en cerrada reserva..., pero nos habían dicho que tía Iye estaba grave, por morir... y fue así que vimos a tía Iye vestida de traje de lino blanco, en los brazos de los dos cimarrones, que la llevaban camino a la morgue de Santiago, le habían coronado la cabeza con un turbante blanco con pepitas de oro y flores de papo... y como encanto... los tilingos, totorrones y ribilines alzaron el vuelo... y comenzando a entonar un extraño canto de alegría.
La demás gente, que se había quedado en la casa, se encerró en el cuarto de tía Iye y solo se oía el canto y coro acompañado de un tambor, aquel tambor montijano... que, repicando antiguos tumba'os, hacía olvidar la tristeza, abriendo la puerta a la esperanza.
Dicen que el español regresó a la Madre Patria, porque enloqueció, incapaz de comprender a la gente criolla... y, pues..., de mi tía Iye les diré que... todavía sigue bailando como lagartija, viviendo sus restantes seis vidas, y que apenas oye una tamborera comienza a mover su caderas, transformándose en Mujée Muleto... contorneando su bello cuerpo de venado... mientras la aparición de unos tilingos hace que algún viejo recuerde aquel día en que el cielo santiagueño se cubrió de tantos bichos raros como nunca antes se habían visto...

viernes, 1 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS La entrevista no realizada


Publicado el 25 de setiembre de 2010.
Proviene de una noble familia aristocrática hindú, de niño daba señales de poseer el don más bello que regala la naturaleza a quienes vibran con el fantástico mundo de la composición musical —poseía el OÍDO ABSOLUTO— fue talvez el dialecto hablado por sus padres, un rico lenguaje tónico, el que lo educó para captar la sutil diferencia de las frecuencias tonales.
Florencia
, Italia, 22 de setiembre.— A paso apurado, me encuentro caminando en la vía Borgo Pinti, la cita a la cual me dirijo sostiene con firme andar mis emociones, en la estrecha calle, de piedra antigua a manera de callejón, se respira todo el aire renacentista de esta ciudad... trato de recordar en orden las preguntas que tendré que hacer... porque el personaje que tendré que entrevistar no dejará paso a las improvisaciones... Es así que giro y entro en la vía della Pergola... y veo el antiguo teatro adornado con los vitrales Art Nouveau y esculturas renacentistas en su portal... donde el maestro Zubin Mehta me ha concedido el privilegio de entrevistarlo, quitando tiempo a su apretada jornada.
Entro y me dirijo a la sala de pruebas, donde ya veo la figura extranjera del Maestro, me presento y, con una gran sonrisa que cubre toda su cara, me invita a acompañarlo a un cuarto semioscuro, donde grandes frescos y estucos engañan la pared... noto, al pasar rápidamente la mirada, una especie de Pianoforte y mi mente viaja distraída dentro del aparato misterioso, que en mi infancia vi varias veces desmontado... claves, cuerditas de metal, pedacitos de madera encastrados, telas de felpa pegadas a los teclados y madera de raíz blanca plastificada... le comento al Maestro mi admiración hacia ese viejo instrumento... y él, sorprendido, me pregunta en qué lugar lo había visto... prontamente le respondo:
--"en Santiago en casa de mi abuelo"....
Y allí me pregunta sobre mi abuelo y dentro de sus curiosos comentarios me habla de las personas que poseen el don del Oído Absoluto.
El Oído Absoluto es la capacidad innata que pocos privilegiados poseen para identificar por su nombre una nota musical, sin la ayuda o referencia de alguna nota musical. Beethoven, Paganini, Mozart, Stevie Wonder, Ray Charles y Miles Davis eran Oído Absoluto.
Mi abuelo Samuel Ramos fue organista toda la vida en la Iglesia de Santiago... y la curiosidad que llevo dentro de mí es sobre este gigantesco mueble musical, que con misteriosos sistemas mecánicos, producía sonidos de sorprendentes llantos angelicales, que me provocaban aletear de mariposas en el estómago e hipnotizaban la memoria con fantásticas luces multicolores..., pues el Maestro Mehta, al escuchar mi desnuda confesión, coloca sus largas manos en el Pianoforte y toca las bellas notas de un REQUIEM AETERNAM, que me inmoviliza el cuerpo... el PIANOFORTE responde al constante estímulo al cual es sometido, pareciera que la unión entre ellos es un solo lamento evocativo... el maestro se mece, balanceándose junto a las notas, su cara... dibuja a veces profunda tristeza, a veces lejanos lamentos. Y abriendo su boca, con una trágica mueca que anuncia el encuentro con el profundo tiempo de un silencio musical —con rápido suspiro— cargando desde adentro la emoción, se lanza con fuerte ímpetu sobre las teclas que brillan con tonos duros y fuertes, en la explosión de todas la notas más bellas de Mozarth... anunciando la descargada espera de un trágico final... y yo, sin poderlo aplaudir, porque la inesperada sorpresa y la magia que se había creado no podía ser destruida con algún gesto banal... y así opté por el silencio, en reverencia a la genialidad del hombre—artista frente a mí...
El breve silencio es roto por el Maestro, el cual con mucha naturalidad me habla del color de las notas, una cualidad que poseen las notas, muy parecida al color visual, caracterizando y distinguiendo cada una de ellas, como también diferenciando los acordes y las tonalidades.
Nuestro oído no está educado para captar estas diferencias, porque nuestra cultura musical nos lleva solo a notar la altura, modo y ritmo de las canciones, dejando fuera las tonalidades, que correspondería a saber distinguir un color claro de uno oscuro, sin saber reconocer que uno es amarillo y otro es azul.
Poco a poco el tiempo pasaba, sin ponernos algún límite al orador y yo, que escuchaba... y fue así que fuimos interrumpidos por el llamado desde la platea, que bramaba por la presencia del Maestro para la prueba general de la Orquesta... Mehta se levanta, igual yo, y me da una cordial despedida... y sin darme cuenta me encontré parado afuera, en la puerta del teatro... Corría un viento frío, me cubrí cerrando mi abrigo y enrollándome la bufanda, en el intento por no perder un solo ápice de la regalada emoción... paso a paso... camino por la vieja calle, con la confusa impresión de haberme perdido en un bellísimo diálogo... voy apretando entre mis manos el cuaderno... sin respuestas... donde reposan las preguntas de una entrevista no realizada.

ARISTIDES UREÑA RAMOS El cholito Martín en los cañaverales


Publicado el 18 de setiembre de 2010.
Corrían los años de 1970.— El Proceso Revolucionario panameño decide construir una planta azucarera para el procesamiento de la caña. Nace el Ingenio LA VICTORIA en el corazón de la República, una visión estatal que muchos hipotetizaron como de amplio respiro... los Países No Alineados trataban de encontrar vías alternativas, para desarrollar políticas autónomas, al dictamen de los grandes monopolios mundiales; la industria AGROALIMENTARIA era considerada una posibilidad para la creación de “economías locales” y vías para salir del subdesarrollo.
Fue así que se transformó la geografía de los poblados de La Mata, San Pedro del Espino y otros caseríos, para dar terrenos aptos al cultivo de la caña de azúcar. En torno a esta realidad crecen pequeñas historias de hombres de fatiga, lejos de las crónicas nacionales.


Florencia, Italia, 12 de setiembre de 2010.— En pleno mediodía, bajo el sol ardiente, en una silenciosa fila se encontraba el cholito Martín, todavía lo acompañaba el cansancio de haberse trasnochado por los pensamientos sobre la posibilidad de que le dieran un puesto de trabajo y esa misma preocupación se respiraba en torno a él.
Iniciaba la zafra en el Ingenio La Victoria y la peonada de cholos, bajados de las cordilleras de Chiriquí, Veraguas y Coclé se encontraba en desordenadas filas, alineados solo por las ansias laborales... por el afán de iniciar las jornadas de trabajo.
El cholito Martín era fuerte, joven, había bajado a trabajar, como lo habían hecho su padre, su abuelo y gran parte de su familia, es por eso que acariciaba el saco de nequen que, con mucha atención, apretaba en su espalda, debido a que el saco perteneció a su padre y como tal, herencia de inestimable valor; Dentro de este llevaba todo su mundo: Un machete, una totumita, una camisa y un frasquito con un ungüento que él llamaba “Ñunco”, una mezcla de mentolato, polvo de espinas de palma de pixbae y un triturado de hormiguitas candelillas, siendo esta la medicina usada para todos los dolores de cuerpo.
Fue así que el cholito Martín se encontró a lo interno del cañaveral en la dura faena del corte y tumbe de caña, hombro a hombro con la sudorosa cuadrilla de paisanos.
Y pasaron los días... fue al tercero de estas jornadas que sucedió lo siguiente:
—Apenas llegada la tardecita, la peonada se reunía y acomodaba en cada lugar que brindara amparo... bajo los pocos árboles que acompañan los senderos; igual, algunos se quedaban al costado del cañaveral, solución que escogía Martín... Era allí, al lado de los cañaverales, donde “a la mejor” se cocinaba lo que cada uno ofrecía... Y Martín aprovechaba para refrescarse un poquito, sin nunca aceptar porción alguna de comida, porque no contribuía con “algún que” de alimento. Y así por tres días —de Martín— no se sabía cómo se alimentaba, pero se comprendía el orgulloso rechazo, pues, hacía parte del carácter de las dignas personas procedentes de los altos de las cordilleras panameñas... el cholito Martín siempre, al momento de la comida, agarraba su totuma y desaparecía a buscar agua fresca.
Y llegó el anochecer, los peones se acurrucaban a reposar el cansancio... de repente, desde lo profundo del cañaveral, se comienza a oír un lamento ansioso y repetitivo que aumentaba cada vez más... y más... llamando la atención de toda la peonada... los más curiosos se pararon en el intento de comprender los lamentos y gemidos..., pues, lo que se escuchaba era un gran “juams, juammsss, hamms, hammss”... como si fueran suspiros amorosos, y la curiosidad invadió a toda la cholada que, levantándose, se acerca al lugar de donde provenía el gran trastorno de suspiros, y que parecían de quien se abandona en el acto sexual..., porque los suspiros eran profundos sollozos... “muaanzzz, muaanzz, muaaazz”, alternándose con gemidos de “hams, hams, hams”... con paso lento y pícaras miradas, los cholitos comenzaron a entrar en la cañada, tratando de no hacer ruido, para poder sorprender a la pareja de incautos enamorados, y, entre más se acercaban, más fuertes eran los gemidos: “Huuumsss, huuuumss, muuazz, muaaazz, muaaazz”... abren la última cortina de cañas que separaba la vista de la sorprendente escena... ¿y qué vieron?.. al cholito Martín dándole tremendas mordidas a un trozo de la suculenta caña cubana.

ARISTIDES UREÑA RAMOS El seductor lenguaje del abanico

Publicado el 11 de setiembre de 2010.
En los alrededores del mil ochocientos, hasta los inicios del mil novecientos, en Europa se había desarrollado una forma de comunicación, un lenguaje, que, a través del uso del ABANICO, se abandonaba a escondidos mensajes amorosos y sensuales... con el simple gesto de abrir y cerrar este objeto, colocándolo en varias partes del rostro y del cuerpo.

Venecia, 02 de setiembre de 2010. El vagón de ferrocarril estaba casi vacío, cosa inusual, porque esta vía de Florencia hasta Venecia es muy transitada por turistas, pero esto no me preocupa, pues el tren viaja a toda velocidad, inalteradamente hacia la inaguración de la 67ma edición de la Muestra Internacional de Arte Cinematográfico de la BIENAL DE VENECIA 2010.
En el fondo de mi vagón, observo sentada una silueta femenina, que con suaves movimientos se abanica, tratando de encontrar alivio a este tórrido verano italiano.
No sé de qué manera, nuestras miradas se encontraron, tal vez en busca de solidaridad –visto que somos solo dos los ocupantes de este vagón-..., pero yo, hipnotizado por esta presencia, no logro desviar mi atención hacia otro lugar, sus ojos celestes como el cielo me miraban con sospechosa intriga. Ella gira su cabeza y la apoya al vidrio de la ventana, mirando a través de esta el rápido pasar de la lejana llanura venetas.
Noto una pícara y ligera sonrisa y llevándose el abanico a su rostro lo abré, cubriéndose boca y nariz, insistiendo con coqueteos de miradas, en busca de aprobación, de atención. Empuña un abanico de marfil, que refleja la luces de las madreperlas, y con rápidos movimiento, como quien abre un arcodeón, la imagen de una ave de colores pasteles se desluce en contraposición al papel verde de su abanico...
El ABANICO había desaparecido del vestuario de los europeos desde hace mucho tiempo. Por lo que es muy curioso que hoy en día tengamos una invasión de este objeto, que regresa a ser parte integrante del vivir cotidiano.
Inventado por los chinos en el periodo del CELESTE IMPERIO -un pedazo de tela pegado con varitas de bambú- y perfeccionado por los japoneses en su forma plegable.
A memoria, el primer ABANICO plegable, con papel de arroz y varitas de bambú, es del siglo VII, mientras que la llegada a Europa es más tarde. CATERINA Dè MEDICI fue la promotora y se le atribuye su ingreso a Francia, durante su reinado. Después, en el siglo XVII, comienza su perfeccionamiento. El abanico al inicio estaba reservado para los nobles y aristocráticos, y como todo objeto noble fue embellecido con telas de seda intercaladas con oro, purpurinas, decoraciones artísticas y verdaderas pinturas, como también con empuñaduras hechas en marfil y piedras preciosas. Y, como muchos objetos de la alta aristocracia, el abanico pasa hacia las clases populares. Haciéndolo accesible a todas las clases sociales.
Reina soberano en todas las cortes europeas del 1800 hasta los inicios del 1900, a tal punto que se hacen Manuales de Galanteo o Etiqueta, para enseñar el lenguaje seductor del uso del ABANICO.
...No sé, en verdad, no logro recordar el tiempo transcurrido antes de que mi tren entrara en la terminal de Venecia, llegando a mi destino... pero no lograba desviar la mirada de la dulce dama, quien, con misteriosa dulzura, continuaba sonriendo... pero en un momento se levanta de su puesto e intenta recoger su equipaje de mano, colocado en la parte superior del vagón.
Y yo... bloqueado, mudo, repitiéndome en mis pensamientos:
-“Un ABANICO, ¿dónde encuentro un abanico?”-, para tratar de responder a la bella señora.
Y con mis pensamientos me levanto a recoger mi maletín y mi gabardina dándole la espalda... al momento de darme la vuelta la dulce señora no estaba ya, había desaparecido, dejando en su butaca el hermoso abanico, como recuerdo y aviso para que no me deje sorprender en otra ocasión sin un abanico que me permita seducir a una bella dama...

ARISTIDES UREÑA RAMOS Las cometas de Santiago

Publicado el 4 de setiembre de 2010.





Verano de 1964, Santiago de Veraguas.— Se cuenta que pocas veces se había visto un día de veranillo tan resplandeciente, que algunos hombres lloraron de la emoción, que las mujeres trepitaron de tanta ternura y que los niños vieron abusiones de estudiantes normalista.
—. Ese día parecía de fiestas patronales, por la cantidad de gente que seguía como hipnotizada el cielo repleto de cometas multicolores. El lugar estaba frente al matadero, en el llano, donde actualmente están la piscina y el gimnasio municipal.
Las familias corrían con sillas y taburetes a ocupar puesto a la sombra, debajo de los portales y almendros de las casas que rodeaban el llano, las brisas con sus vientitos hacían danzar las cometas, embrujando con sus rabos la multitud de paisanos.
La construcción de las cometas, con carrizos de birulí y papel chino, hacía reunir a las familias en torno a este evento con varios días de anticipación. Fue allí, en las tertulias de los adultos, que escuché este comentario:

“... la cometa que vuele más alto es la que llevará el mensaje con un deseo directo a Papa Dios...”, hay que escribirlo en un papelito que subirá a través de un hilo y este llegará al Señor... ese deseo se cumplirá...”.

Siendo muy pequeño la cosa me golpeó, llenándome de curiosidad... “hacer una cometa que llevaría mis deseos a Papa Dios”.

Esa noche mi hermano y yo no pudimos dormir intercambiando ideas sobre nuestros mejores deseos, además había puesto un “rum rum” (1) a nuestra cometa, para que Dios la reconociera entre todas.


Fue así que nos encontramos en el centro del llano volando nuestra cometa, junto a las miles de cometas de las demás familias santiagueñas.
Nuestra cometa volaba muy alto y subía, subía... compitiendo con las demás, pero en cierto momento se acabó el hilo, no había más... y mi hermana me dio la orden de ir a comprar una bobina de hilo a la tiendita de Julito Sierra. Inmediatamente me encontré corriendo a comprar el carrete de hilo, pasando por el “chichemito”, para cortar distancia, llegando a la placita y a la tienda de don Julito... dicho y hecho, apenas estuve en posesión del hilo, me di a la fuga de regreso..., pero noté que comenzaba a chispear y a oscurecerse el tiempo, se acercaba un vendaval, pero seguí corriendo con todas mis fuerzas. Cuando llegué al centro del llano la gente corría a buscar refugio, retirando sus cometas, porque lo que caía del cielo era un palo de agua... pero mi preocupación era que estaba casi llegando a mi meta... y no puse caso a los gritos de mis hermanas mayores, agarré mi cometa y me puse a amarrar el hilo, la gente comenzó a gritarme por el peligro de los rayos, pues el aguacero venía con relámpagos...
La lluvia me había bañado por completo y todo se veía gris por la violencia del aguacero... de pronto alguien me agarró por las hombros y al voltearme vi que era un estudiante de la Normal, que con voz dura me invitaba a dejarle el control de la situación y ponerme en zona de seguridad... y así hice, sin dejar de mirar al normalista que, amarrando mi hilo, se encargaba de desbobinar el carrete de mi cometa, que subía cada vez más alto.
Apenas llegué bajo el palo de almendro, donde estaba mi familia, mis hermanos menores gritaban de alegría, saltando y señalando al héroe normalista..., pero los demás no lograban verlo, pese a nuestro gran alboroto...
Y de repente... salió el Sol entre las nubes, era agua con sol”, iluminó el llano, y junto a la lluvia comenzaron a caer sardinas del cielo... y la gente corría como loca a recogerlas, olvidándose de nosotros y de las cometas... y el Sol regresó, iluminando la tardecita del llano, hasta el ocaso. La multitud no abandonó hasta bien entrada la noche, entre risas y comentarios, el llano del matadero... Mi mensaje había llegado a su destino.
Mis deseos viajan, junto a los de la gente de mi pueblo, aquellos que todavía soñamos con hacer una cometa... ¿qué digo?.. un PANDERO, con seis “rum runes” a los costados, que le toquen una serenata a Papa Dios allá en los cielos, para recordarle que en Santiago todavía existe gente humilde, y para que nos mande otra lluvia de sardinas. Porque si no lo hace Él, la vaina acá está muy dura.

(1) Rum rum: Hojitas de papel que se pegan a un hilo de las cometas y produce rumores (ruidos)... La cometa generalmente está compuesta por tres palos que se atraviesan entre ellos, amarrados en el centro... Para la cometa, una parte, aquella central, se alza de nivel y queda como un arco... dentro de este arco hay un hilo de birulí a birulí... en ese hilo se extiende y se pega un pedacito de papel... que con la fuerza del viento produce un sonido fuerte y repetitivo... trrrrruuuuuuuuu ruuuuuuuummmmm rummmmmmmm....truuuuuuu rummmmmm rummmmm... en Santiago, en mi época, les llamábamos RUM RUM... una cometa sin Rum Rum no es una buena cometa.

ARISTIDES UREÑA RAMOS El olor de los libros

Publicado el 28 de agosto de 2010.

Primero fue la Luz; la Palabra, tuvo su valor; la Escritura, compartió su memoria; y la Lectura, garantizó sus pasajes.

Florencia, Italia, 25 de agosto.— Invitado a un debate sobre la iniciativa que está llevando adelante la Biblioteca Nacional de Florencia con el famoso coloso informático Google, me encuentro sentado escuchando a los oradores que debaten sobre el futuro del libro; sobre el sistema comercial entorno a este; sobre la conservación, la catalogación de ellos; sobre la funcionalidad de las bibliotecas; y el tema central, que versa, en esta tardecita florentina, sobre la petición de Google de digitalizar algunos manuscritos, textos y libros conservados en la Biblioteca, siendo esta la más nutrida e importante de Italia.
Debido a que es un debate, a cada plantamiento los participantes intervienen con preguntas, reflexiones o intercambio de ideas... sigo, como siempre, con interés, estas intervenciones, respetando el protocolo de no girar la cabeza para mirar los oradores que se encuentran detrás de mí en la fila. Muchos de estos oradores remarcaban con gran énfasis la ayuda que la digitalización ha aportado, algunos de estos teorizaban la muerte del “libro cartaccio” (libro imprimido sobre papel) entusiastas de las modernas técnicas interactivas.
Fue así que desde el fondo de la sala, detrás de mí, se escuchó una dulce voz femenina, con un acento florentino muy marcado, que dice, como en un canto y pesando con pausa las palabras:
“Para mí, los libros nunca dejarán de existir, porque nosotros no podemos vivir sin el olor de ellos”.

Tuve que voltearme a ver quién era esta persona, a quién pertenecían estas palabras fuera de contexto científico, pero llenas de connotaciones emotivas... y, para mi sorpresa, era una anciana señora de ojos claros, de mirada profunda, que entre sus blancas manos apretaba un extraño libro, atado con una cinta de seda roja antigua... largos cabellos grises, bien amarrados, al estilo florentino... ella capturó mi atención... y creo que la de muchos de los presentes... y el debate continuó, hasta su conclusión.
Al llegar a mi casa, la imagen de la señora y sobre todo lo dicho por ella, se alternaban con las importantes reflexiones sobre las que los participantes intelectuales y técnicos habían debatido. Es ese proceso de ‘digestión intelectual’, donde cada momento regresa a la mente y las reflexiones generales se encuentran con las personales, creando aquel territorio imaginario, donde las certezas personales vienen a encontrarse con la parte oscura de otras verdades.
Sin darme cuenta, me encontré sentado en mi cocina con la primera edición de 1992 —Imprenta Universitaria— de la novela En ese pueblo no matan a nadie, de Francisco Changmarín, con dedicación personal del autor... bebo a sorbos mi té, mientras miro mis libros, algunos con sus dedicatorias, otros que ya forman parte de mí.
¿Qué es de la belleza, si no estamos al nivel de extasiarnos frente a ella, al punto de sufrir la ceguera de negar su existencia? Un libro es algo personal, es el objeto perteneciente a las huellas dejadas en nuestra construcción intelectual, aquel que nos abrió el inmensurable mundo imaginario, desconocido, es la guía férrea en la oscuridad... y me doy cuenta de que, acariciando mis libros, siento la presencia de lejanas certezas, que van desde la palabra, la escritura y la lectura.
Sí, los libros tienen sus perfumes... sus olores, como bien hizo notar aquella dulce señora.

ARISTIDES UREÑA RAMOS 'El David' en controversia

Publicado el 21 de agosto de 2010.





Era el 8 de setiembre del 1504 cuando fue descubierto a la ciudad de Florencia, en la Piazza della Signoria -Plaza de la Señoría-, “El David” de Miguel Ángel. La obra escultórica más famosas e importante que el género creativo haya creado, un ícono universal, que demarcó la modernidad de la concepción humanística, anunciando un nuevo renacer de las Artes.


Controversia sobre la propiedad de la escultura símbolo de las Artes Universales

Florencia, 15 de agosto de 2010.- Un verano encendido bajo la dura polémica entre el ministro de la Cultura, Sandro Bondi, y el alcalde de la ciudad de Florencia, Mateo Renzi. Iniciando con las declaraciones del ministro sobre la estatua, ubicada actualmente en la tribuna del Museo de la Academia de Bellas Artes de Florencia, dice Bondi: “El David es propiedad del Estado Italiano”; con dura réplica del alcalde, quien dice: “... que se pongan las almas en paz, los abogados romanos, los documentos inimpugnables en posesión de la administración municipal y del Estado son claros: El David pertenece a la ciudad de Florencia”.
La controversia no es solo verbal, ella viene acompañada con documentos legales, que dan argumentos históricos a la tesis. Para demostrarlo es la detallada relación de nueve páginas redactada por los abogados Maurizio Raugei y Luigi Androni a nombre del ministro.
El punto principal del documento es el siguiente.
1.El Municipio de Florencia, institución con reducida autonomía gestional administrativa, que nace en época granducal entre 1771 y el 1783, no puede ser considerado el heredero directo de la República florentina, que en el 1504 pagó los 400 florines para saldar la deuda contraida por los obreros de la Opera del Duomo y de los Cónsules del Arte de la Lana con Miguel Ángel, a quien tres años antes le habían ordenado la obra para la catedral.
El documento presentado parece ser auténtico, éste nos dice que la Ciudad-Estado de la época comunal, sucesor de la Señoría de los Medici, viene siglos después remplazado por el Gran Ducado de los Lorena, en continua susesión entre los Estados, hasta la reunificación del Reino de Italia, sin dejar espacio a ninguna autonomía local.
Y para dar validez a la tesis, se señala el hecho del traslado del David en el 1872, desde la Plaza de la Señoría a su actual ubicación en el Museo de la Academia de Bellas Artes de Florencia, donde el Municipio, contribuyendo económicamente en la construcción de la tribuna, pretendió la restitución del dinero, sin reivindicar la propiedad del David.
Existe un acta notarial de 1871, que certifica el traspaso de propiedad al Municipio de Florencia del Palacio Vecchio, el cual comprende todas las estatuas existentes en su interior y portal. No se menciona el David.
La contraréplica del alcalde florentino se anuncia desde ya, con documentos de importancia histórica, porque detrás de esta cortina de motivaciones histórico-culturales se juega parte de la armonía de la convivencia social y política del actual sistema político italiano.
El David, símbolo de la ciudad de Florencia, atrae anualmente un millón trescientos mil visitantes de todas partes del mundo, que dan al Estado italiano ocho millones de euros por año, cifra que se incrementa cada año.
Como bien sabemos, la organización del sistema museal en Italia cuenta con la gestión y participación de empresas privadas, museos estatales y comunales, siendo éste el verdadero motivo de discrepancia. La actual política del gobierno central italiano pretende la autonomía económica de los municipios sobre sus ingresos y gastos, cortando el viejo esquema de sostenimiento económico central. Esta política tiene sus reflejos en la vida, en los empeños adquiridos por los gobernantes locales, en las políticas de sus actividades primordiales.
Florencia es una de las joyas del famoso Sistema Económico Toscano, donde tradicionalmente se han alternado personajes de gran cultura política, y donde la prioridad es la defensa de la sociedad civil, los derechos de los débiles y un sistema económico democrático y transparente... Pues, bien, recuerdo que el anterior alcalde, Leonardo Domenici, había puesto a la atención del anterior gobierno la participación en las entradas económicas de los museos estatales florentinos, porque eran patrimonio creativo de la ciudad...Y según esta óptica va la inesperada aclaración del ministro Bondi... seguiremos informando.

ARISTIDES UREÑA RAMOS Un 'Ferragosto' ítalo-veragüense

Artículo publicado el 14 de agosto de 2010
El estereotipo se construye en el imaginario colectivo, a través de la proyección de los juicios, sobre aquellos comportamientos repetitivos que identifican personas, grupos y muchas veces naciones… estos a su vez, en la mayoría de los casos, resultan ser aproximativos, alimentadores de prejuicios (pre—juicios), que construyen clichés identificativos de fuerte aprobación y concorde participación, tal vez porque colman dentro del sentimiento colectivo, aquellas respuestas a nuestras inseguridades y necesidades remotas: ‘El negro es flojo’, ‘el cholo es ignorante’, ‘el colombiano es traficante’, ‘los presidente son locos’, ‘el judío es tacaño’, etc., etc., etc.


‘Italiano mafioso, macarrones y mandolino’
-Un cliché para un Ferragosto ítalo—veragüense-


-Florencia, 7 de agosto.- Bajo la sombra de la enredadera de una viña de uva blanca, comparto una copita de vinillo estío, me acompaña Vincenzo, alias Bearzot, impecablemente vestido en traje blanco colonial, en su boca una pipa, aromatizada con tabaco de miel de acacia. Don Vincenzo es un joven florentino de 83 años, su parecido con Enzo Bearzot —ex entrenador de la selección de fútbol italiana— es increíble, de allí el apelativo dado.

Hombre locuaz y de sutil inteligencia, habla un español aproximativo, diría un Itañol, pero logra comunicar bien sus pensamientos, creando en mí la complicidad en no corregirlo nunca en sus enredos lingüísticos. Tiende a complacerme con demostraciones de afecto hacia la tierra que me vio nacer, Panamá, con frases donde exalta nuestra música. A su entender, de milongas y sambas, tocadas con marimba, flautas, quenas, charango, platillos y maracas, pero yo comprendo la esencia de su afectuosa manera de manifestarme su noble y generosa complacencia hacia mi país.

Hace mucho calor, don Vincenzo con voz firme y mirada distraída, me pregunta: ‘¿Existe el Ferragosto en Panamá?’… la pregunta me sacó de mi perezoso meditativo, y pienso: ‘En Panamá no existe el Ferragosto, esa celebración no la conocen en mi país’.

El Ferragosto es una típica fiesta italiana, inexistente en los demás países europeos, celebrada el 15 de agosto, donde las familias abandonan las ciudades y se retiran a localidades balnearias y de montaña, a hacer picnic. La terminología Ferragosto deriva de Ferian Augusti (Reposo de Augusto), indicando una antigua festividad instituida por el emperador romano Ottaviano Augusto en el 18 A.C, para dar justo reposo del largo periodo laboral.

Para el mundo campesino, el confín que delineaba la culminación de las faenas fatigosas, y el día, para dedicarse a la celebración y agradecimiento a las divinidades. El 15 de agosto también se celebra la Madonna Assunta in Cielo (La Asunción de la Virgen María al Cielo), que muchos devotos celebran en importantes localidades italianas, es así que este día es oficialmente festivo desde tiempos remotos y para cada italiano asume un valor único de su profunda identidad.

Vincenzo, regresa con su pregunta: ‘¿En Panamá no se celebra el Ferragosto?’…, yo no sabía qué responder, y él me insiste, sorprendido— ‘No es posible que en Panamá no haya una fiesta parecida al Ferragosto’ —Yo rápidamente le respondo que sí, que hay algo parecido, que en Semana Santa hacemos comidas, dulces y vamos a la playa…, pero Vincenzo me contraataca con que también en Italia se celebra la Semana Santa y que es igual, pero lo que él me preguntaba era que si el 15 de agosto se celebraba la fiesta como en Italia. No sé por qué, no sé el motivo, si era por las copitas de vino, si era por complacer a mi amigo Vincenzo o simplemente por revancha nacionalista de que Panamá no se quedara atrás de Italia y le respondí que sí, que en Panamá hay algo parecido, y lo celebran en Veraguas.

Vincenzo se puso contento y sirviéndome otra copa de vino, me dice: ‘Me parecía raro que no hubiera Ferragosto en Panamá. ¿Y cómo se celebra?’, y me disparé diciéndole lo siguiente: 'En Veraguas hay una fiesta parecida que se celebra, allá dentro de los cañaverales, cuando terminan las zafras, con mis paisanos que se afilan los dientes con hojas de chumico, se come sopa de gallina y se bebe ron de caña como el carajo… y al atardecer la gente se reúne en juntas para recibir milagros, y miles de Madonnas Assuntas bajan en apariciones a dar bendición, y los más dichosos reciben sus milagritos’

Y Vincenzo estaba contentísimo, le brillaban los ojos de alegría y me pregunta: ‘¿Y la música, tocan música, milongas y sambas?’… y, sin hacerme rogar, con voz firme, le dije: ‘¿Cómo, música?… Panamá tiene los mejores cantantes y músicos de ‘milongas y sambas’ del mundo… Rubén Blades, Omar Alfano y Pedrito Altamiranda’… (… y que el Buen Dios me perdone).