viernes, 1 de octubre de 2010

ARISTIDES UREÑA RAMOS El seductor lenguaje del abanico

Publicado el 11 de setiembre de 2010.
En los alrededores del mil ochocientos, hasta los inicios del mil novecientos, en Europa se había desarrollado una forma de comunicación, un lenguaje, que, a través del uso del ABANICO, se abandonaba a escondidos mensajes amorosos y sensuales... con el simple gesto de abrir y cerrar este objeto, colocándolo en varias partes del rostro y del cuerpo.

Venecia, 02 de setiembre de 2010. El vagón de ferrocarril estaba casi vacío, cosa inusual, porque esta vía de Florencia hasta Venecia es muy transitada por turistas, pero esto no me preocupa, pues el tren viaja a toda velocidad, inalteradamente hacia la inaguración de la 67ma edición de la Muestra Internacional de Arte Cinematográfico de la BIENAL DE VENECIA 2010.
En el fondo de mi vagón, observo sentada una silueta femenina, que con suaves movimientos se abanica, tratando de encontrar alivio a este tórrido verano italiano.
No sé de qué manera, nuestras miradas se encontraron, tal vez en busca de solidaridad –visto que somos solo dos los ocupantes de este vagón-..., pero yo, hipnotizado por esta presencia, no logro desviar mi atención hacia otro lugar, sus ojos celestes como el cielo me miraban con sospechosa intriga. Ella gira su cabeza y la apoya al vidrio de la ventana, mirando a través de esta el rápido pasar de la lejana llanura venetas.
Noto una pícara y ligera sonrisa y llevándose el abanico a su rostro lo abré, cubriéndose boca y nariz, insistiendo con coqueteos de miradas, en busca de aprobación, de atención. Empuña un abanico de marfil, que refleja la luces de las madreperlas, y con rápidos movimiento, como quien abre un arcodeón, la imagen de una ave de colores pasteles se desluce en contraposición al papel verde de su abanico...
El ABANICO había desaparecido del vestuario de los europeos desde hace mucho tiempo. Por lo que es muy curioso que hoy en día tengamos una invasión de este objeto, que regresa a ser parte integrante del vivir cotidiano.
Inventado por los chinos en el periodo del CELESTE IMPERIO -un pedazo de tela pegado con varitas de bambú- y perfeccionado por los japoneses en su forma plegable.
A memoria, el primer ABANICO plegable, con papel de arroz y varitas de bambú, es del siglo VII, mientras que la llegada a Europa es más tarde. CATERINA Dè MEDICI fue la promotora y se le atribuye su ingreso a Francia, durante su reinado. Después, en el siglo XVII, comienza su perfeccionamiento. El abanico al inicio estaba reservado para los nobles y aristocráticos, y como todo objeto noble fue embellecido con telas de seda intercaladas con oro, purpurinas, decoraciones artísticas y verdaderas pinturas, como también con empuñaduras hechas en marfil y piedras preciosas. Y, como muchos objetos de la alta aristocracia, el abanico pasa hacia las clases populares. Haciéndolo accesible a todas las clases sociales.
Reina soberano en todas las cortes europeas del 1800 hasta los inicios del 1900, a tal punto que se hacen Manuales de Galanteo o Etiqueta, para enseñar el lenguaje seductor del uso del ABANICO.
...No sé, en verdad, no logro recordar el tiempo transcurrido antes de que mi tren entrara en la terminal de Venecia, llegando a mi destino... pero no lograba desviar la mirada de la dulce dama, quien, con misteriosa dulzura, continuaba sonriendo... pero en un momento se levanta de su puesto e intenta recoger su equipaje de mano, colocado en la parte superior del vagón.
Y yo... bloqueado, mudo, repitiéndome en mis pensamientos:
-“Un ABANICO, ¿dónde encuentro un abanico?”-, para tratar de responder a la bella señora.
Y con mis pensamientos me levanto a recoger mi maletín y mi gabardina dándole la espalda... al momento de darme la vuelta la dulce señora no estaba ya, había desaparecido, dejando en su butaca el hermoso abanico, como recuerdo y aviso para que no me deje sorprender en otra ocasión sin un abanico que me permita seducir a una bella dama...

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